El Tomba, pese a no ganar, mejoró en lo futbolístico, justo en la previa del encuentro ante Nacional.
Por: Darío Pérez para el solonline.com (Enviado especial a Buenos Aires)
Pese a no haber conseguido los tres puntos, el equipo de Nery Pumpido volvió a sonreír. Por primera vez en lo que va del torneo fue superior a su rival y mostró varios minutos de autoridad sobre el mismo. Es que el nuevo esquema, 3-5-2, parece haberle traído buenos resultados al DT.
En este intento de rotación que aplicó el ex entrenador de Olimpia de Paraguay, entre otros, encontró puntos muy altos. El gran rendimiento de los volantes laterales, Lucas Ceballos y Marcelo Cardozo, le dio al Tomba una nueva marca.
El bajo rendimiento de Roberto Russo obligó al técnico a buscar una alternativa. Y fue justamente Lucas Ceballos, uno de los que más encuentros ha jugado durante el semestre, pero que, por fin, ocupó un lugar en su posición, el carril derecho.
Por la izquierda, Cardozo mostró ser dúctil a la hora de la salida y a la hora de la marca. El ex defensor de Gimnasia La Plata fue siempre cómplice del ataque bodeguero y se sumó constantemente a la ofensiva. Además posee un gran recurso como es el remate de larga distancia.
La zaga del fondo no tuvo mayores complicaciones, aunque volvió a ser víctima de una pelota parada. Increíblemente, el más bajo de todos, Mauro Matos, se elevó entre los longos centrales y consiguió convertir, encendiendo la alarma de Pumpido que, sin dudas, trabajará al respecto.
El déficit, sin dudas, quedó por el centro del campo de juego. Diego Villar, muy aislado, con un Federico Lértora que aún no consigue ser el aliado perfecto como lo fue Nicolás Olmedo, en la diagramación del juego, no pudo gravitar.
Mientras tanto, en la ofensiva, Leandro Caruso volvió a demostrar que cuando quiere, es imposible pararlo. Por su parte Álvaro Navarro fue intrascendente y volvió a desperdiciar una nueva chance. Quien sí lo hizo fue Facundo Castillón que, siempre que ingresa desde el banco de suplentes, rinde con creces.
En síntesis, Godoy Cruz volvió a revivir y a recuperar la sonrisa. Tuvo momentos de alto vuelo futbolístico, jugó como su estilo lo marca y se plantó ante la adversidad, una marca registrada del Expreso de los últimos tiempos. Sólo el tiempo dirá si fue casualidad o causalidad.
En este intento de rotación que aplicó el ex entrenador de Olimpia de Paraguay, entre otros, encontró puntos muy altos. El gran rendimiento de los volantes laterales, Lucas Ceballos y Marcelo Cardozo, le dio al Tomba una nueva marca.
El bajo rendimiento de Roberto Russo obligó al técnico a buscar una alternativa. Y fue justamente Lucas Ceballos, uno de los que más encuentros ha jugado durante el semestre, pero que, por fin, ocupó un lugar en su posición, el carril derecho.
Por la izquierda, Cardozo mostró ser dúctil a la hora de la salida y a la hora de la marca. El ex defensor de Gimnasia La Plata fue siempre cómplice del ataque bodeguero y se sumó constantemente a la ofensiva. Además posee un gran recurso como es el remate de larga distancia.
La zaga del fondo no tuvo mayores complicaciones, aunque volvió a ser víctima de una pelota parada. Increíblemente, el más bajo de todos, Mauro Matos, se elevó entre los longos centrales y consiguió convertir, encendiendo la alarma de Pumpido que, sin dudas, trabajará al respecto.
El déficit, sin dudas, quedó por el centro del campo de juego. Diego Villar, muy aislado, con un Federico Lértora que aún no consigue ser el aliado perfecto como lo fue Nicolás Olmedo, en la diagramación del juego, no pudo gravitar.
Mientras tanto, en la ofensiva, Leandro Caruso volvió a demostrar que cuando quiere, es imposible pararlo. Por su parte Álvaro Navarro fue intrascendente y volvió a desperdiciar una nueva chance. Quien sí lo hizo fue Facundo Castillón que, siempre que ingresa desde el banco de suplentes, rinde con creces.
En síntesis, Godoy Cruz volvió a revivir y a recuperar la sonrisa. Tuvo momentos de alto vuelo futbolístico, jugó como su estilo lo marca y se plantó ante la adversidad, una marca registrada del Expreso de los últimos tiempos. Sólo el tiempo dirá si fue casualidad o causalidad.
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