lunes, 12 de septiembre de 2011

Y una tarde, la Lepra abrió los ojos

PRIMERA B NACIONAL
Independiente Rivadavia, que jugó casi todo el partido con un hombre menos por la expulsión de Cristian Fabbiani, goleó a Ferro Carril Oeste (3-0) y sumó sus primeros tres puntos del torneo.
Y una tarde, la Lepra abrió los ojos
Y algún día tenía que ser... Luego de tanto penar por el peor inicio de un campeonato en toda su historia, Independiente reaccionó, abrió los ojos, despertó del letargo y se sacó la mufa con un triunfo contundente y convincente ante su gente.

La situación límite potenció de tal manera a la Lepra que conquistó la victoria sorteando cada una de las insólitas adversidades que el destino le fue poniendo durante la tarde. De hecho, a partir del momento del zapatazo a la ratonera de Martín Gómez que puso el 1 a 0, no paró de sumar obstáculos que fue superando con oficio e inteligencia a lo largo de los 90 minutos.

Primero, cuando Gómez festejaba el gol que cortaba la mufa y se abrazaba con todo el banco de suplentes, Cristian Fabbiani fue a  buscar el balón en el arco y terminó aplicándole a Berza un golpe que le costó la expulsión a los siete minutos y prácticamente sin haber tocado la pelota. Realmente de no creer, lo del Ogro es para el Libro Guinness de los récords.

Sin embargo, lejos de amedrentar a sus compañeros, la expulsión de Fabbiani sacó lo mejor de cada uno. Ese plus que se le reclamaba a los jugadores, finalmente afloró en todo su esplendor. Eso sí, las malarias continuaron. Porque el Pelado Gómez (pintaba par figura) se resintió del tirón en el posterior y debió dejarle su lugar a su amigo Diego Caballero.

Y ahí nomás, apenas sesenta segundos después, el misionero tuvo su primera chance, pero su cabezazo después del manotazo salvador del arquero, pegó en el travesaño.

Si el mediocampo era uno de los sectores más criticados de Independiente, ayer fue de lo mejor. Por la derecha, Solís fue un León y a su habitual entrega le agregó ida y vuelta y, por si fuera poco, metió tres asistencias de gol, una de las cuales terminó en el segundo gol de la Lepra y el primero del pibe Alvacete desde que juega en la B Nacional.

Por su parte, Brítez Ojeda y René Lima también tuvieron una actuación descollante. Sobre todo el primero, quien se multiplicó en la marca y se hizo dueño del mediocampo. Distribuyó, asistió y también pisó el área adversaria.

Independiente mejoró sustancialmente en todas sus líneas. De pies a cabeza, construyó una victoria fundamental. A partir de las manos segurísimas de Taborda, quien sacó cuatro pelotas clarísimas de gol, por primera vez en el campeonato la defensa se mostró sólida y en eso tuvo mucho que ver el aporte de De Miranda y Alvacete. Es verdad que le cabecearon en un par de ocasiones, pero era algo inevitable frente a lungos como Berza y Schunke y frente a los envíos con “rosca” de Buffarini.

También por primera vez, los marcadores de punta fueron laterales. Porque Villafañe y Alvacete se sumaron constantemente al circuito ofensivo y llegaron por sorpresa. De hecho, Juani tuvo su premio y a Villafañe De Georgi le sacó el suyo. En el ataque, Ferradas no fue el de otros partidos, pero exigió siempre y Caballero es como el sol. Aunque uno no lo vea, siempre está ahí para facturar.

La historia dirá que una tarde de setiembre de 2011 a la Lepra le sacaron el respirador, abrió los ojos y recuperó la memoria. Y lo hizo de la mejor manera. Ganando, goleando y mostrando pasajes de buen fútbol. Así, se redimió ante su gente, apagó el incendio y ahora sueña con seguir cosechando  para que este crítico inicio de torneo sea sólo un mal recuerdo.


Fuente Los Andes.com

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